Michael Jordan, considerado uno de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos, es un ejemplo viviente de resiliencia y perseverancia.
Después de ser rechazado en el equipo de baloncesto de su escuela secundaria porque era "demasiado bajo", Jordan no se dio por vencido. En cambio, trabajó aún más duro y eventualmente se convirtió en una leyenda en la NBA.
Su capacidad para superar el fracaso y su determinación inquebrantable lo llevaron a ganar seis campeonatos de la NBA y numerosos premios MVP.
Guy Kawasaki, un reconocido autor y especialista en marketing, me enseña sobre la importancia de la adaptabilidad y la innovación en el liderazgo.
En su libro "The Art of the Start", Kawasaki enfatiza la importancia de comenzar simple, pensar en grande y actuar rápido. Para Kawasaki, un buen líder es aquel que es capaz de adaptarse a los cambios, tomar riesgos calculados y no tener miedo de fallar, porque cada fracaso es una lección aprendida.
Como líder, nuestra capacidad para recuperarnos de los contratiempos y adaptarnos a las circunstancias es fundamental.
Enfrentar cada desafío con determinación, usando cada fracaso como una oportunidad para crecer y fortalecernos.
Pero al mismo tiempo, apliquemos la sabiduría de Guy Kawasaki en nuestro liderazgo: no temamos a empezar pequeño y soñar en grande, mantengamos la flexibilidad para adaptarnos y evolucionar, y recordar que la acción rápida y decidida a menudo marca la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Decia el poeta Pablo Neruda que: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera."